viernes, 8 de julio de 2011

Los hoteles pueden ser peligrosos



La estancia en un hotel puede tener consecuencias desastrosas para cualquier personaje público, especialmente si deja huellas o material susceptible de ser usado en su contra ante cualquier tribunal.

Estados Unidos ha hecho gala de que cualquiera es culpable mientras no se demuestre su inocencia ante un jurado popular, lo que lleva consigo, que cualquier juicio se convierta en un espectáculo de masas al que podemos asistir como si de un programa de telebasura se tratase.

Si usted es un personaje público, y es hombre, procure no masturbarse, menos limpiarse con la toalla, o el papel higiénico del hotel, no se corte las uñas, podrían llevar su ADN al interior de cualquier pequeño arañazo de su demandante, o rasgarse (esta) la piel con los restos de sus uñas encontrados en el suelo.
No haga llamadas de teléfono desde la habitación del hotel, las paredes escuchan, el personal siempre anda por los pasillos a la espera de verle y fotografiarle a escondidas.

Llame a recepción tan pronto escuche el menor ruido en la puerta de su habitación y comunique que una camarera de piso o mujer de la limpieza intenta entrar en su habitación sin su consentimiento y no sea tonto, no consuma bebidas del mueble bar, pueden estar cargadas de narcóticos.

Esta es la histérica situación en la que hay que verse después del caso de Dominique Staruss Kahn, al que la anulación del testimonio de la camarera que le ha denunciado, sólo le ha servido de antesala para una nueva demanda por violación, en este caso desde Francia y a cargo de una jovencita que dice que hace 8 años, cuánto tiempo ha pasado... intentó violarla (que no seducirla) durante una entrevista en la que ella ejercía de periodista.

Esto va a resultar como el asunto de los hijos bravos del presidente de la república del Paraguay, el ex-obispo Fernando Lugo, al que nada más tomar posesión como presidente, le salieron no menos de media docena de supuestos hijos.

Pero imagínese la película... es usted uno de esos, que al despertarse la notan dura "como bordón de Boy Scout" -que decía un difunto amigo mío- , se levanta de la cama, se va al cuarto de baño, se pone a cascársela y en eso entra la limpiadora del hotel...

Usted la tiene tiesa y en la mano, le pega un grito a la intrusa, ésta cierra la puerta no sin antes llamarle a usted guarro, más que guarro, cerdo, etc., etc.

Pero claro ella se lo piensa, y espera a que usted se marche de la habitación recoge los restos de su semen se los restriega por el interior de sus partes pudendas y se rasga la ropa interior, toma los restos de las uñas que usted se había cortado de los pies y se araña el cuello con ellas, acude corriendo a la comisaría de policía más cercana y presenta una denuncia por violación contra un señor al que dice no conocer, pero que casualmente es un tipo famoso y con una cuenta bancaria abultada.

Les suena la película? ya saben, sigan mis consejos y no se la casquen en los hoteles es peligroso.