miércoles, 7 de abril de 2010

Un caudillo militar rural, con una manguera de petroleo en la mano



Así definió Felipe González a Hugo Chávez, sin mencionar su nombre, durante una conferencia en Nueva York, al mencionar de paso al socialismo del siglo XXI como alternativa.

La conferencia versaba sobre la situación internacional, la salida a la crisis económica y el futuro del planeta, organizada por la Fundación Euroamericana y desarrollada en el Centro Rey Juan Carlos I de la Universidad de Nueva York, en el transcurso de la cual Felipe González entre otras cosas dijo lo siguiente:

Hablando del modelo económico imperante, a su juicio, en la actualidad no hay propuestas sobre ese nuevo modelo, ‘ a no ser que se quieran considerar como alternativas algunas de las utopías regresivas que vemos aflorar por el mundo, como la del socialismo del siglo XXI que nos hacen desde Venezuela’.

‘Es obvio que es una utopía regresiva que no tiene mucho que ver con la articulación de una propuesta alternativa como la que era en su día la soviética’ , apuntó el ex presidente español, quien consideró que el régimen vigente en Venezuela es ‘ un caudillismo rural militar con una manguera de petróleo’.

Por si no lo tuviera complicado Chávez, ahora viene Felipe y le da una colleja.

Respecto a la crisis económica, aseguró que ‘ puede sonar dramático, pero estamos ante una de las últimas oportunidades de hacer una reforma del sistema financiero que trate de salvarlo’ y lamentó que se siga creyendo que ‘ la mano invisible del mercado puede autorregularlo, pese a la brutal demostración que ha supuesto la intervención masiva de los gobiernos afectados’.

A su juicio, ‘ se está incubando ya la siguiente crisis’ y si la UE y EEUU no pasan de los ‘discursos moralizantes que no interesan a nadie’ y ofrecen una reformar ‘ con elementos de gobernanza global y un marco regulatorio, ‘ la próxima crisis será una crisis de sistema’.

Felipe González, aquel joven político pragmático y alejado del teoricismo guerrista, se nos muestra en su madurez, como un brillante analista, dotado de una visión global envidiable para otros, que no atinan a entender la economía doméstica, y ni mucho menos alcanzan a comprender la evolución del planeta.